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miércoles, 22 de abril de 2009

El encuentro de La Maga y Horacio. Un bosquejo de análisis.

El encuentro de La Maga y Horacio. Un bosquejo de análisis.
Por: Rosana Fernández.

“El poeta habla individualmente, particulariza el lenguaje, pero piensa, siente y ama universalmente”.
Antenor Orrego (poeta peruano)
Es verdad que hay momentos donde lo maravilloso irrumpe en la vida de alguien, y eso maravilloso puede ser una mirada al paisaje, un encuentro con ese cuadro que nos resulta familiar, esa obra arquitectónica que nos deslumbra y nos encontramos con los ojos mirando hacia el cielo para ver su límite, esa melodía que nos lleva a lo mas íntimo de nuestra memoria o aquellas palabras que escribió un autor y que cada uno las apropia en el encuentro íntimo del lector-autor donde nos convertimos en propietarios del hecho estético que nos impacta.
En estos momentos si el hecho estético no da acceso directo a lo sagrado, este es ciertamente un momento de encuentro no profano.
Es de noche, tarde... hace frío y mi escritorio esta atiborrado de papeles y libros. Trato de recordar cuando fue la primera vez que me sentí aprisionada por el deseo incontenible de leer y poder asir de esa manera el mundo, no sé fecharlo, ni situarlo pero fue ese momento donde algo sucede.
“Así es que algo sucede, y desde el instante que comienza a suceder, nada puede ser lo mismo.”[1]
A partir de allí mi encuentro con la literatura fue sostenido y permanente. La literatura como obra de arte, inspiración y desvelo, creación que se expresa mediante la palabra hablada o escrita, ficción o realidad, manifestación estética que penetra y purifica.
He encontrado a lo largo de mi derrotero literario numerosas obras que provocaron fascinación, numerosos poetas que provocaron una tentativa de introducir fracturas en “nuestra pobre vida cotidiana”, que presentaron diversas dimensiones a su esencia. Dimensiones accidentales en cuanto al concepto mismo de la literatura, pero esenciales en cuanto a su función en la vida humana en general y en la vida individual del lector que asimila y evalúa y siente y crece en la lectura.
Si entendemos por creación literaria aquella en la que en una u otra forma hay belleza, puedo afirmar que con su contacto se ennoblecen las almas, se afina la capacidad de evaluación del espíritu, y aumenta la sensibilidad estética.
“¿Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos? Hay gentes de tan corta vista mental, que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara. La poesía, que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues ésta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquélla les da el deseo y la fuerza de la vida.”[2]
Esta huella que la literatura deja en nuestras vidas es una realidad innegable.
En el goce de la literatura el punto de partida, tanto del productor como del consumidor, es siempre la intuición dice Anderson-Imbert en su estudio “La crítica literaria y sus métodos” y prosigue:
“El escritor siente la inspiración y la vierte en palabras creando la obra literaria. El lector, por su parte, siente, percibe la intuición del autor transmitida en la obra, la hace suya, y se estremece con ella gracias al autor, que unido a él a través del tiempo y del espacio le comunica la inspiración.”
Todo escritor escribe en un aquí y ahora, en un tiempo y un lugar determinados, inmerso en una circunstancia con la que puede estar o no de acuerdo, a la que puede amar u odiar, combatir o evadir, pero una circunstancia en la que se encuentra y con la que tiene que hacer su vida. Circunstancia ineludible que se refleja directa o indirectamente en la obra como supuesto consciente o inconsciente dando cuenta de un problema filosófico, de un momento filosófico.
El novelista, el cuentista, el dramaturgo, el ensayista, el poeta en particular y el escritor en general, así como los grandes maestros que nos enseñan a amar la literatura, todos, nos dan, mediante ella, el alma de una época, el origen y lo que el artista produce son en primer lugar relaciones entre las personas y el mundo. La creación no es otra cosa que la explicitación de la verdad mediante la forma, por ello la creación no queda reducida al acto productor, sino que permanece como un modo de ser de la obra, como dice Heidegger.
“La pregunta sobre el origen de la obra de arte interroga por la fuente de su esencia. La obra surge según la representación habitual de la actividad del artista y por medio de ella. El artista es el origen de la obra. La obra es el origen del artista. Ninguno es sin el otro. Sin embargo, ninguno de los dos es por sí solo...” [3].
Con todo esta introducción quiero explicar el por qué de mi elección.
He elegido como hecho estético relevante en mi vida la lectura de la novela Rayuela de Julio Cortázar. Sobre esta novela se ha dicho mucho "que es un ejemplo de contranovela", "que la obra es un juego y que cada lector deberá jugarlo a su manera", además puede leerse de modos diferentes; ya sea intercalando los capítulos, o siguiendo las indicaciones que viene al principio de la obra.
Podría haber elegido otros tantos autores, como Pessoa, Proust, Borges, pero cada uno de ellos fueron descubiertos después que Rayuela me impactara rotundamente.
No quiero distinguir la posición novela-poética, si quiero distinguir la “obra” como “hecho estético” que marca un acontecimiento, y es precisamente del acontecimiento que la imagen elemental sale y produce eco en quien la contempla.
“Lo poético irrumpe en la novela porque ahora la novela será una instancia de lo poético; porque la dicotomía fondo y forma marcha hacia su anulación, desde que la poesía es, como la música, su forma. Mas seguir hablando de “novela” carece ya de sentido en este punto. Nada queda –adherencias formales a lo sumo- del mecanismo rector de la novela tradicional. El paso del orden estético al poético entraña y significa la liquidación del distingo genérico Novela-Poema.”[4]
Las imágenes de la obra juegan poderosamente en nuestras entrañas donde sabemos que ciertamente es así: “que andamos cual ovejas descarriadas, que el camino es incierto y peligroso y que necesitamos un conductor”. Es lo que subraya Guardini y prosigue:
"Así, la vida humana está penetrada por todas partes por el influjo de tales imágenes. Nosotros, hombres modernos, ya no tenemos conciencia de ello; pero algunas veces se abre paso con fulgor algo de la antigua significación. Por ejemplo, cuando alguien da a alguien un anillo, o le invita a caminar juntos un trecho del camino en un instante cargado de experiencia vital. Entonces ambos perciben un significado que no viene del sentido externo del acontecimiento, sino de más hondo" [5]
Imágenes que se encuentran en los primeros párrafos de la obra de Julio Cortázar, que dan cuenta no solo de un perfil subjetivo, sino de relaciones de fuerza en mínimos universos culturales que nos proponen crear condiciones de posibilidad para que los hechos se produzcan.
Esa “hondura” de la que nos habla Guardini, pareciera que es ese universo de formas internas, ese espacio de exploración de las problemáticas de los personajes en sus relaciones cotidianas. La obra expone los modos de intercambio social, la interacción a través de la experiencia estética y el proceso de comunicación en su dimensión concreta de herramienta que permite unir al artista, con su contemplador.
También nos advierte Guardini, se trata -dice- de una "sabiduría que habla por sí misma, por más que sea técnica o la ciencia, sino espiritualmente, con referencia a su sentido y orientación. Adquiere algo de lo que se llama sabiduría".
Las primeras palabras de Rayuela encierran la clave: “¿Encontraría a la Maga?” Buscándola Horacio Oliveira se pierde por un fabuloso París hecho de recuerdos, de imágenes y escenas que sirven de presentación para una mujer que es a un tiempo torpe y lúcida, capaz de aprehender, desde la inocencia, toda la poesía y la magia de un mundo que ante otros ojos podría parecer repetitivo y absurdo.
Buscando a la Maga el protagonista se compromete en el intento de descubrir una realidad anclada en lo maravilloso que puede acabar por llevarnos a una desesperada locura. El lector salta con Horacio Oliveira de París a Buenos Aires o de casilla en casilla de la rayuela
Es Rayuela un intento de abrir los ojos a la realidad auténtica, a aquella que existe al margen del mundo creado por la cultura y la historia humanas. La Maga la conoce, sin saberlo. Es como en la rayuela. Hay que partir de la tierra para, después de mucha pericia, llegar al cielo y, ya allí, emprender el retorno.
La Maga desconoce las teorías con respecto a la felicidad o las propuestas de los filósofos eclécticos con respecto al mismo tema, sin embargo dice:
"No sé hablar de la felicidad pero eso no quiere decir que no la haya sentido".
Lo que representa la Maga dentro de la novela, es la claridad. Claridad que se trasluce en sus dudas casi primitivas. Son actos de supervivencia ante el cúmulo de conocimientos que representan los otros protagonistas: Oliveira, Ettiene, Horacio, Gregorovius y Ronald. Mientras que el grupo de amigos discuten sobre el sentido de la vida, teorías del ritmo y filosofía lingüística, ella solo quiere saber de su bebé, cómo cuidarlo. En sus dudas y actitudes simboliza a la mujer de un modo muy distinto, símbolo éste que está muy lejos del estereotipo que conocemos: se revela ante la sociedad que la reprime, ante sus amigos que la cansan, y además, le despiertan a su hijo Rocamaduor con sus discusiones, a veces, casi bizantinas.
Quizá la Maga sea un personaje complejo, pero esto es difícil de aceptar, por lo siguiente. Muchas de las ideas que tenemos de ella no es por que las formula expresamente, sino que nos son transmitidas a través de Oliveira , como por ejemplo, la idea del amor y la belleza representada por ella.
Cortazar escribe y quien lee, imagina, siente, vive, esas imágenes que nos relata:
“Dejábamos las bicicletas en la calle y nos internábamos de a poco, parándonos a mirar el cielo porque esa es una de las pocas zonas de París donde el cielo vale más que la sierra. Sentados en un montón de basuras fumábamos un rato, y la Maga me acariciaba el pelo o canturreaba melodías ni siquiera inventadas, melopeyas absurdas cortadas por suspiros o recuerdos. Yo aprovechaba para pensar en cosas inútiles, método que había empezado a practicar años atrás en un hospital y que cada vez me parecía más fecundo y necesario. Con un enorme esfuerzo, reuniendo imágenes auxiliares, pensando en olores y caras, conseguía extraer de la nada un par de zapatos marrones que había usado en Olavarría en 1940. Tenían tacos de goma, suelas muy finas, y cuando llovía me entraba el agua hasta el alma. Con ese par de zapatos en la mano del recuerdo, el resto venía solo: la cara de doña Manuela, por ejemplo, o el poeta Ernesto Morroni. Pero los rechazaba porque el juego consistía en recobrar tan solo lo insignificante, lo inostentoso, lo perecido.”[6]
Cortázar da a cada uno de los personajes libertad para expresarse. Explotar todo eso que se guarda en la conciencia y el espíritu, y darlo a través de las imágenes poéticas, de ideas razonadas es lo que hace en Rayuela. Las ideas de ser y estar en el mundo que Cortázar va delineando en sus personajes son su visión particular. Pero también es cierto que lo que representa o nos quiere decir no lo veríamos o sentiríamos si no fuese por la escritura, y por esa sensibilidad que nos arrastra por los rincones del espíritu.
El posible final retoma el principio, la búsqueda sigue abierta. No obtiene el lector, por tanto, ninguna respuesta definitiva y sí, sin embargo, muchos interrogantes que bien pudieran ser indescifrables para el lector adormilado.
Acerca de Rayuela dijo Cortázar lo siguiente:
“Es un poco la síntesis de mis diez años de vida en París, más los diez años anteriores. Allí hice la tentativa más a fondo de que era capaz en ese momento para plantearme en términos de novela lo que otros, los filósofos, se plantean en términos metafísicos. Es decir, los grandes interrogantes, las grandes preguntas”.[7]
Como el propio Cortázar afirma, trata de plantear en términos narrativos las grandes preguntas existenciales de la humanidad. Pero, al contrario que los sistemas filosóficos que intentan encerrar a la realidad en un sistema cerrado de ideas, en su novela no se pretende aportar ninguna solución ni ninguna verdad absoluta. No se trata de explicar el mundo, sino de hacer patente la necesidad que tienen los hombres de encontrar esa explicacion.
Cortázar trata de huir de los viejos moldes de conocimiento que predibujan el mundo y nos dice:
“Sólo viéndolo con ojos nuevos (el mundo) podremos empezar a vivir en él verdaderamente.”
Con respecto a la Maga dice:
“Solamente Oliveira se daba cuenta de que la Maga se asomaba a cada rato a esas grandes terrazas sin tiempo que todos ellos buscaban dialécticamente”[8]
Cortázar tenía su teoría estética sumamente elaborada, el escritor argentino no huyó nunca de la autocrítica. En su novela, el autor vive para el encuentro con lo invisible, pero se transforma en un instrumento de lo visible, es capaz de excavar en las profundidades de la tierra, pero se convierte en portavoz de la superficie, es el investigador de sus sombras y hace que como lectores podamos apropiarnos de nuestras propias sombras.
Georges Bataille establece una importante distinción entre libros escritos como forma de experimentación y libros nacidos de la necesidad, según Bataille la literatura es capaz de revelarnos la verdad de la vida y sus desmedidas posibilidades.
La literatura no es un continuo, sino una serie de acercamientos, y los libros que significan mas para nosotros suelen ser aquellos que nos abren una nueva perspectiva, son las obras capaces de hacer cambiar nuestra vida. Ya en la primera página de Rayuela estallan los códigos de lectura. Quebrado ese pacto se debilita el criterio de realidad que toda obra propone y a la que el lector se acomoda. El lector ingresa aquí a un espacio sin reglas que lo fuerza a adoptar una actitud alerta, ya no de receptor sino de cómplice de ese acto que se está perpetrando con su acuerdo y por su elección. Este cambio de actitud revoluciona el acto de lectura, es un puente que el escritor tiende al lector y que lo arranca de su soledad esencial. Ese es el principio al que Cortázar apela, convirtiéndonos de lectores en actores.
Es así como Rayuela no tiene una clasificacion fácil entre los generos literarios, parace inscribirse en lo que Umberto Eco llamaría "obra abierta"[9], que expresa la encrucijada del
pensamiento en los años sesenta. Esas reflexiones parecen anticipatorias de nuevas búsquedas filosóficas, que indagan tanto en la metafísica como en el ser social.
Para Nietzsche, según Fink[10]; el progreso del arte está ligado al dualismo de lo apolíneo y dionisíaco. Dionisos es el dios de lo caótico y desmesurado, de lo informe, del oleaje hirviente de la vida. Apolo, en cambio, ama las figuras. Apolo y Dionisos son tomados para expresar los contrapuestos instintos artísticos del griego, como el antagonismo de la de la figura y la música.
Nietzsche, interpreta el arte humano como un acontecimiento, lo intempestivo. El fondo primordial dionisíaco se proyecta constantemente en la apariencia, y tiene, en el fenómeno del arte sale a nuestro encuentro en las formas subjetivas del espacio y el tiempo. Un impulso oscuro se redime en la imagen, y así el arte transfigura la dureza y la pesadez, el absurdo y el abismo de la existencia. Lo apolíneo es la forma, el significante; lo dionisíaco, el sentido, pero un sentido que para que sea impulso vital, debe circular. ¿Cómo hacer para que el sentido circule cuando lo que se presenta es el significante, la representación? Este es precisamente el misterio del arte: lo que el lenguaje es incapaz de hacer pasar, pues Nietzsche, a través de lo poetico de su estilo, traza un camino que lo lleva a regiones no regidas por el tiempo y el espacio, a zonas dionisiacas. En Nietezsche, al igual que en Cortazar, el pensar es flujo que intenta escapar del “pensamiento”, de la forma que implica pensamiento. Para ellos pensar no es lo mismo que pensamiento.
Afirma un comentador de Cortázar un concepto que se encuentra en esta filosofía de Nietzsche:
“El humor y el juego constituyen técnicas de distanciamiento, actúan como antídoto desacralizador, despatetizador. Devuelven la palabra a la superficie, destituyen el discurso apolíneo y reflotan el báquico de la profundidad visceral. El juego y el humor, insumisos, irreverentes, producen un corte lúcido, un apartamiento liberador. El humor restablece la indeterminación, la incertidumbre, el sentido nómada”. [11]
Esta caracterización del lenguaje se encuentra en un terreno fronterizo entre la filosofía y la literatura. Entre las distintas influencias que es posible rastrear en la obra de Cortázar podemos indicar la incidencia del existencialismo, especialmente en las figuras de Kierkegaard y Sartre, de Kafka y de Wittgenstein junto a Nietzsche.
La comprensión del lenguaje como un juego aparece en Rayuela en todo momento.
El lenguaje literario tradicional es deshecho para dar paso al igual que en Nietzsche, al humor y la ironía.
Es una obra que se caracteriza por la ruptura de unidades: se rompe con la unidad del autor, de la obra, la unidad espacial, cronológica, estilística. Aparece una organización barroca, laberíntica de la novela ya que puede recorrerse en distintos sentidos. La alusión a símbolos nietzscheanos como Diónisos y el laberinto se reiteran. El autor parece el constructor de un collage cuyos elementos requieren la presencia de un lector que construya su propia novela, que se comporte como un coautor de la obra.
Dice Cortázar en alusión a sus propios juegos infantiles:
“Para jugar a la rayuela los chicos dibujan, en la calle, distintos casilleros que se suceden desde el punto de partida (la tierra), hasta la meta (el cielo). La rayuela forma parte de los ritos infantiles y sus ingredientes son extremadamente simples,una acera, una piedrita, un zapato pequeño y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores”[12]
Otros juegos aparecen en la novela: el ajedrez, el solitario, el poker, el truco también encontramos una variedad de juegos verbales inventados por los personajes y por el propio Cortázar. En algunos escribe H en las palabras que empiezan con vocal, , o intercala textos de otros autores en los renglones impares, el glíglico[13], y muchos otros, junto a los juegos reglados, todo tipo de actividades inútiles como armar figuras con hilos para luego quemarlos con un fósforo, enderezar clavos, o tirar piedritas o puchos encendidos, desde lo alto de una ventana, a la rayuela de la calle. Los juegos, incluidos los del lenguaje, arman una atmósfera de misterio y seducción propia de lo inefable.
La obra de Cortázar, al igual que la de Nietzsche, requiere de un “lector cómplice”. Este coautor debe ser capaz de leer entre líneas, de interpretar las citas escondidas, de seguir, con ánimo el laberinto, que atemoriza y atrae a la vez, adentrarse en un juego que se desenvuelve en el límite entre el sentido y el sin-sentido. Este juego artístico y galante necesita del guerrero y del danzarín, de la fuerza del león y de la inocencia del niño.
En este sentido, hay en la obra una tensión entre diversión y dolor que se convierte en la oposición entre amor y muerte y que se presenta cuando el juego va llegando a su final, cuando la novela va terminando, cuando nos entusiasma la idea de recomenzar, en un eterno retorno niesztcheano, con la esperanza de inventar nuevos sentidos.
[1] Auster, P.: Pista de despegue, ed. Anagrana, Barcelona, 1998.
[2] Martí, J.: “l poeta Walt Whitman”, Obras completas, ed. Jorge Quintana, Caracas,1964
[3] Heidegger, Martin. Arte y poesia, Ed. Fondo de cultura, Mexico, 1997.
[4] Cortázar, J.: Notas sobre la Novela Contemporánea (1948).
[5] Guardini, R.: La esencia de la obra de arte, Guardarrama, Madrid 1960.
[6] Cortazar, J. Rayuela.ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1975.( Pag 19)
[7] Entrevista publicada en RAYUELA, Edición Crítica coordinada por Julio Ortega y Saúl Yurkievich. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1992.
[8] Entrevista publicada en RAYUELA, Edición Crítica coordinada por Julio Ortega y Saúl Yurkievich, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1992.
[9] Eco propone que el análisis del arte contemporáneo cuente con el desorden, no el ciego e incurable, sino el desorden fecundo cuya positividad nos ha mostrado la cultura moderna. Se trata de elaborar modelos de relaciones en los que la ambigüedad encuentre una justificación y adquiera un valor positivo. Así, el arte contemporáneo está intentado encontrar una solución a nuestra crisis y la encuentra del único modo que le es posible, bajo un carácter imaginativo, ofreciéndonos imágenes del mundo que equivalen a metáforas epistemológicas para ayudarnos en un nuevo modo de ver, sentir, comprender y aceptar un universo en el que las relaciones tradicionales se han hecho pedazos y en el que se están delineando nuevas posibilidades de relación.

[10] Fink; E.: La filosofía de Nietzsche, Alianza, Madrid, 1980. Tercera edición.
[11] Yurkievich, S.: Eros ludens (juego, amor, humor según Rayuela) en Cortazar, Julio, Rayuela, edición crítica, Colección Archivos, Madrid, 1992, p.768.
[12] Entrevista publicada en RAYUELA, Edición Crítica coordinada por Julio Ortega y Saúl Yurkievich. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1992
[13] El gíglico es un lenguaje inventado por Horacio y La Maga, el capitulo 68 de Rayuela esta escrito en giglico, se basa sobre todo en la sonoridad de las palabras.

lunes, 20 de abril de 2009

El amor: ¿un vínculo del pasado?


“...nunca existe un tipo único de vínculo sino que las relaciones que el sujeto establece con el mundo son mixtas, en la medida en que siempre emplea en forma simultánea diferentes estructuras vinculares.”
Enrique Pichón Riviere.
El amor: ¿un vínculo del pasado?
Lo que se intenta es pensar el amor como una construcción cultural y por lo tanto modificable. Comprender aquí el amor dentro de un universo más extendido; esto es, las maneras de amar propias de la cultura occidental que no constituyen modalidades separadas del proceso de construcción de subjetividad en su conjunto social histórico. Desde ella los hombres y mujeres realizan no solo el amor sino también la guerra, se organizan políticamente, se proveen de alimentos, edifican sus viviendas y ciudades, inventan el arte, a sus hijos y su vida, en constante tensión con la muerte, por lo tanto pensar el vínculo del amor humano, es pensar la condición misma del sujeto.
El amor nace con el canto a la dama distante. En los años mil del medioevo el dispositivo del vínculo humano enlazaba la amistad del varón, la guerra, la política y la filosofía, por el otro lado la mujer y el amor. La literatura es donde se plasma el amor como homenaje a la dama secreta a la cual se le cantan epopeyas de vicisitudes heroicas que rayan con lo erótico.
Haré un pasaje del mundo griego al romano, del fin del imperio a la cultura monástica y su ideal de virginidad; de las letras del amor cortés al fugaz amor de la dama burguesa, del romántico amor moderno al vínculo efímero y líquido de la posmodernidad.
En la sociedad griega existía el amor entre varones, su función era política y pedagógica. El amor platónico fue un cortejo y una admiración por los jóvenes por aquellos hombres que amaban la sabiduría como se ama a una mujer de nombre Sofía, el ideal de belleza comenzaba con un cuerpo bello, adolescente, fresco, hasta erigirse en la idea de belleza, erótica de la antigüedad que reunía la filosofía y el amor.
Aristóteles buscaba con su tratado de Ética alivianar las pasiones. Dice: “ entiendo por pasiones todo lo que hace variar los juicios, provocando sufrimiento o placer”, de allí que se sometía a los jóvenes a la amistad, consonando los pareceres que amenguan la pasión.
En Roma esta amistad entre varones se encontraba en cada plaza pública donde se reunían para dialogar y discutir sobre cuestiones de política de la ciudad.
Las mujeres mientras tanto pertenecían a otro espacio mas privado, donde ellas también se unían con sus congéneres para practicar la amistad y la cofradía. El hombre la gobernaba, la mujer desde lo social se dejaba gobernar, pero tenía una vida paralela, con sus cultos y ritos de extramuros que los hombres admiraban en secreto. De ella dependía el mantenimiento del fuego sagrado a los dioses, quienes desde el mas allá controlaban la marcha de la ciudad y de los hombres. Ellas eran entonces intercesoras entre los dioses y los hombres, menuda tarea para pasar desapercibida.
Durante el imperio, la pareja comienza a aparecer en la escena pública, con la nobleza y distancia que conforma una moralidad de pareja ideal, aun desde esa máquina de amo y esclavo, el hombre se esfuerza en demostrar su destreza y seducir a la mujer, paciente y sumisa sosteniendo de esa manera la virilidad del consorte.
El amor cortés se denomina así porque su ámbito era la corte como institución política. Antiguamente se llamaba “fin amour”, o amor refinado o depurado, así surge el amor como preocupación de la conducta y los códigos varoniles, además de ser una manera socio histórica de mostrar la realidad. La mujer encarna el valor, es preciosa y apreciada. amor cortés, que por lo demás invade gran parte de la historia desarrollada durante la época medieval, alrededor de los siglos XI y XIV.
Este amor, renombrado en muchas ocasiones y circunstancias, no es nada mas que una seguidilla de acciones propias de los amantes, desarrolladas durante un período de tiempo y que, aunque se niegue en ciertos momentos y queramos o no, perdura hasta nuestros días de cierta forma. Estas acciones, se engloban bajo un contexto casi de sumisión, en el que la mujer toma el rol de superioridad por sobre su amante. Es la mujer el eje central de esta relación, es ella quien maneja las realidades, la encargada de dirigir las riendas de las situaciones que se van desarrollando, En sus manos esta el comienzo, desarrollo y desenlace de este amor.
Características del amor cortés
André de Chapelain en el siglo XII nos da a conocer una serie de preceptos, reglas, códigos y casuísticas acerca del amor cortesano y puntualmente en relación con el tema del matrimonio, nos explica el porqué los esposos no pueden consumar el amor propiamente tal como un acto voluntario, en contrariedad a los amantes que sí lo pueden hacer:
[...] decimos y afirmamos [indica la condesa María de Champaña], [...] que el amor no puede extender sus fuerzas entre dos esposos. En efecto, los amantes se dan todo gratuitamente el uno al otro y sin que una razón lo obligue; en cambio, los esposos están obligados, por el deber, a satisfacer sus mutuos deseos y a no negarse nada. [...]
[...] una regla de amor dice que ninguna mujer casada podría obtener el premio del rey del amor, a menos que esté enrolada al margen del matrimonio. En cambio, otra regla del amor enseña que nadie puede amar a dos personas a la vez. Con razón, pues, el amor no podrá extender sus derechos entre los casados. la humildad, cortesía, adulterio y religión de amor.
Sumadas a estas cabe mencionar también cierto dejo de utopía y desinterés, ya que el amante, el noble caballero, no busca como fin primordial o último conseguir que su amor sea correspondido, sino que se conforma con el sólo hecho de adular y exaltar a su dama sin exigirle nada a cambio. Al mencionar el termino religión de amor, se refiero a la adulación y casi devoción que el amante muestra hacia su dama que llega casi a ser como la adoración a Dios o a cualquier otro tipo de dioses o imágenes religiosas, es decir, la dama pasa a ser una especie de especie sagrada a la hora de amar.
Es por esto, que en muchos relatos que cuentan asombrosas historias acerca de las hazañas de los caballeros en honor a sus damas, se pone de manifiesto quizás hasta la poca honorabilidad de estos y su enorme deseo de satisfacer a la dama, teniendo como meta más que una reciprocidad amorosa, una pequeña conquista o lograr aunque sea una mínima admiración por decirlo así, de la dama hacia él. El caballero, si es necesario, vivirá grandes proezas y aventuras.
El amor cortesano es, además, sufrido y muy difícil, esto porque para conseguir que realmente se consume o se viva como tal debe pasar por una serie de ritos mas vulgarmente por una serie de inconvenientes. El caballero debe sufrir, debe luchar realmente por esa dama si la ama como se supone que la ama. El amor por dolor, sufrido, es el instrumento de perfección espiritual, es el estado en el cual los amantes alcanzan una felicidad plena. Por ejemplo, en Abelardo y Eloisa se ve de clara manera reflejado lo que antes mencioné, este amor sufrido, complicado, pero que finalmente se consuma.
«...Dudo que alguien pueda leer o escuchar tu historia sin que las lágrimas afloren a sus ojos. Ella ha renovado mis dolores, y la exactitud de cada uno de los detalles que aportas les devuelve toda su violencia pasada […]»
Carta de Eloisa a Abelardo
Eloisa admiraba a su maestro, Abelardo Su admiración se había derivado en una arrebatadora pasión por el varón que la enamoraba. Él a pesar de su experiencia, había correspondido a tanto ardor con un paralelo ímpetu que le hacía olvidar cualquier convencionalismo.
«...Los libros permanecían abiertos, pero el amor más que la lectura era el tema de nuestros diálogos, intercambiábamos más besos que ideas sabias. Mis manos se dirigían con más frecuencia a sus senos que a los libros […]»
Esta historia de Abelardo y Eloisa irrumpió en la cultura medieval.
Abelardo, filosofo más importante del siglo XII se enamora de su discípula, escapan y consuman su amor, se casan en secreto, a pesar de las negativas de Eloísa
Abelardo es mutilado en venganza por los parientes de Eloísa. Ambos ante la vergüenza pública se recluyen en conventos y comienzan a extrañarse. Eloísa calma su angustia escribiendo ardientes cartas de amor, donde parecería que la lejanía y la mutilación de su amado, enaltece su amor. , y se manifiesta culpable.
Actualmente descansan juntos. Campoamor veía de esta manera el eterno descanso de los amantes:
El rosal de ella y de él la savia toma, Y mece, confundiéndolos, la brisa En una misma flor y un mismo aroma Las almas de Abelardo y de Eloísa.
El amor cortés se vive por consiguiente bajo el alero del adulterio, la marginación de los enamorados y la culpa.
El amor cortés se oponía al casamiento, pues era amor-pasión, pero también se oponía a la consumación y la satisfacción, la no realización parecía ser la particularidad del amor cortés, construcción de un desencuentro continuo, la mujer inalcanzable esta rodeada de obstáculos aparentemente insalvables, mientras los hombres experimentan la atormentadora incertidumbre del deseo.
Para finalizar, solo cabe redondear las ideas con algunas frases que dan cuenta un poco mas este fenómeno tan, a modo personal, fascinante y encantador, recalcando las premisas fundamentales: Es un amor complicado, sufrido, adúltero, la mujer juega un rol pasivo fundamental, pero activo a la vez, es luchado, lógicamente propio de las cortes.
“El matrimonio no es un pretexto legitimo para actuar
contra el amor.
Aquel que no cela no ama.
De la sospecha y los celos se alimenta el amor.”
En el cristianismo la relación del amor solo parecía posible bajo la forma del sacramento, todo lo demás era sancionado. El amor se expresa como el don más grande que tiene el hombre, pero es un amor divino, virginal y célibe. Ante la insistencia de la libido a promulgarse, se sostenía con el sacrificio. La continencia y el ejercicio voluntario de la castidad. Era esto lo esperado, o caer en el peor de los pecados, desde la conciencia a la carne. Nos da cuenta de esto un pasaje del libro El nombre de la Rosa, donde el personaje Adso, es tentado por una mujer y paga su culpa por medio del remordimiento y la propia martirización. El desafío es amar a Dios, olvidándose del propio cuerpo. El matrimonio es un sacramento de la unión con Dios, el amor carnal es la unión de la iglesia con Cristo. La figura del matrimonio es el cosmos cristiano, y en su máximo exponente el celibato de los hombres y las mujeres solteros.
El paso de la mentalidad cristiano feudal a la burguesía fue también el paso del amor sagrado al amor profano.
El romanticismo coincide, históricamente, con la consolidación de la civilización industrial burguesa.
El tiempo de la burguesía el sujeto esta a merced de sus sentimientos, que comienzan a parecerles válidos y hasta divertidos. Se trata ya de hombres que hacen su aventura en la sociedad, que inventan sus relaciones con sus semejantes, se trata de hombres y mujeres que creen en la condición de amar como propia, donde vislumbran un proyecto y un futuro. El sujeto burgués ha hecho una revolución mental es decir ha trastocado los valores, al descubrir el amor, descubre la pasión y el goce, la efusión y la vitalidad. El hombre y la mujer de la burguesía se lanzan a vivir una aventura del pensamiento, una nueva forma de creación. La novela por excelencia que nos cuenta una historia de amor burgués y romántico fue escrita por Gustave Flaubert, llamada “Madame Bovary”.
Ema Bovary no termina de ser burguesa, ni libertina, ni atormentada. Todo lo existente parece vivir en su interior en un estado de confusión. Entre la rebeldía y la ingenuidad Emma no puede controlar el flujo de sus sentimientos, ni lo que provoca, la insatisfacción vuela permanentemente en el transcurso de la novelada vida de Madame Bovary.
Esta novela moderna es el genero más representativo de la sociedad burguesa y aspira ser la epopeya de un tiempo histórico que ha roto la unidad existente entre el héroe y la sociedad
Madame Bovary es la historia de una joven frustrada en su matrimonio, que tiene sueños de amor, de lujo y vida parisina, busca la felicidad en los brazos de dos amantes, se endeuda y cuando la soledad es su compañera constante, se suicida. Triste destino de la criatura que cree liberarse de la humana miseria de vivir en una sociedad burguesa, tomando su sueño por una realidad.
Hay quienes han visto en la protagonista la precursora de la liberación femenina, rompiendo con la sociedad de su época y convirtiendo el amor sagrado del matrimonio en un amor profano y sensual. La mediocridad domestica la impulsaba a fantasías lujosas, la ternura y rutinaria vida matrimonial a deseos adúlteros.
Hasta aquí se comprende el amor en un universo extendido, en las manera de amar propias de la cultura occidental, que Nietzsche, con enorme esfuerzo revirtió el modo de establecer los valores. Su interpretación del ser como voluntad, deseo de poder, intenta restituir una unidad capaz de vincular pensar-sentir de manera diferente, sin lucha, sin subordinación de ninguna índole.
Un sentimiento como el amor en la versión Heideggeriana de Nietzsche es la manera en la cual nos encontramos a nosotros mismos con relación al ser. El sentimiento, permite una suerte de relación con uno mismo y con los otros, una relación en la diferencia, eso es el vinculo del amor.
En la posmodernidad, o al decir de Zigmund Bauman en la modernidad líquida, el habitante, el ser humano es un hombre sin vínculos, o con vínculos frágiles y efímeros, donde el progreso es una rutina, y donde el impulso por estrechar lazos, hace que los mismos sean al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos. Los hombres y mujeres de este siglo desesperados al sentirse fácilmente descartables y abandonados, están ávidos de relacionarse, sin embargo desconfían todo el tiempo de estar relacionados, y particularmente de estar relacionados “hasta que la muerte los separe”
En este siglo el amor no tiene historia propia, son acontecimientos del tiempo humano, amar significa estar a merced del destino. La cultura del consumo, partidaria de los productos listos para el consumo inmediato, dá por resultado vínculos de satisfacción instantánea, aunque todo amor lucha por sepultar la incertidumbre, la preservación del objeto querido se convierte en ansia de poder, como en el shoping, se compra por ganas y con garantía de devolución.
El amor como en los tiempos remotos supone humildad y coraje, supone tiempo para germinar, crecer y madurar, pero la mentalidad de lo inmediato y de la sociedad de consumo considera a la relación inversiones provechosas por el tiempo que dure y ser dos “para siempre” presupone un futuro indeterminado.
El cambio social histórico que depara la incertidumbre de lo efímero potencia el miedo a lo desconocido y se busca desesperadamente salidas viables. La construcción social del espacio de las ciudades posmodernas son espacios donde los extraños nos movemos con estrecha proximidad. De allí que los sujetos de esta modernidad líquida se agrupen en vínculos que manifiestan proximidad por determinados estilos de vida mas que por diferencias parentales que necesitan un trabajo extra de concesiones y renuncias. El sentimiento de “nosotros”que expresa el deseo de semejanza necesita de un entorno uniforme.
Los barrios cerrados, crean reproducen e intensifican la segregación y la cohabitación con extraños, aun de sus propios vínculos parentales. Sabemos que las familias son disímiles y vivir entre pares es más cómodo para la subjetividad posmoderna.
Los medios de comunicación fomentan el discurso de la seguridad de vivir entre iguales, y erradica así la inseguridad existencial, al menos en apariencia.
Este panorama posmoderno, es explicitado también en la literatura de la época.
El premio Clarín Novela 2005 nos muestra los vínculos que se desarrollan dentro de un predio perimetrado, franqueado por garitas de seguridad, aislados de la ciudad donde viven familias que llevan un mismo estilo de vida, afuera la barriada popular y el resto del mundo.
Cuenta la novela que un grupo de amigos se reúne semanalmente lejos de las miradas de sus hijos y esposas, quienes excluídas se autotitulan “Las viudas de los jueves”, pero una noche la rutina se quiebra y ese hecho permite descubrir el lado oscura de una vida perfecta.
Pero lo cotidiano, lo histórico social se inmiscuye por las resquebrajaduras del sistema perfecto y a pesar de las apariencias subyacen los avatares de los vínculos.
“ A mi no me gusta discriminar, te digo en general, aunque es bueno elegir un poco la gente. Esto no es una propiedad horizontal donde te cruzas en el ascensor y nada más. Acá compartís muchas cosas, hay una actitud mas integradora y a mi no me gusta que me obliguen a integrarme con gente de la que yo naturalmente no sería amiga, ¿me entendés?...Yo tengo derecho a elegir, no?...”
Algunos sucumben a las apariencias, otros, resisten micropoliticamente como si se cumpliera la afirmación de M. Heidegger, que afirma que las cosas se revelan a la conciencia solamente por medio de la frustración que causan.
“ Cuando llegué a la barrera, mis manos transpiraban. Me sentía en una película donde los ilegales tienen que cruzar una frontera....El guardia advirtió: vayan directo a la ruta...hay un informe de seguridad...están saqueando, los de las villas, supongo...pero no se preocupen, aquí estamos preparados, si vienen vamos a estar esperándolos...”
“Miré hacia delante por el camino que llevaba a la ruta, estaba desierto. Pasé la tarjeta por el lector y la barrera se levantó. En el espejo retrovisor estaban los ojos de Juani y Romina, observando los míos. Ronnie me golpeó el muslo para que lo mirara. Parecía asustado.”
“Le pregunté: ¿te da miedo salir?.”
Las viudas de los jueves. Claudia Piñeiro


Finalizo este trabajo de geografía sobre las relaciones o de historia del ser con una cita de Gilles Deleuze con la cual me identifico y con la que apropiándome pongo en palabras mi sentir acerca del amor y de los vínculos en este espacio tiempo que me toca vivir.
“Sé capaz de amar sin recuerdo, sin fantasma y sin interpretación, sin pararse a recapitular. Que tan solo haya flujos, flujos que unas veces se agotan, se congelan o se desbordan y otras se conjugan o se separan...en las líneas de fuga tan solo puede haber una cosa: experimentación-vida. Y como no hay ni pasado ni futuro, nada se sabe de antemano...”

Rosana Fernández


Bibliografía
Abraham, Tomás: La guerra del amor. Ed. Planeta, Bs. As.; 1992.
Bauman, Zygmunt: Amor líquido. Ed. Fondo de cultura económica, Bs. As; 2005.
Deleuze, Gilles; Parnet, Claire: Diálogos. Ed. Pretextos, Valencia, 1980.
Flaubert, Gustave: Madame Bovary. Ed.Altaya, Barcelona, 1994.
Piñeiro, Claudia: Las viudas de los jueves. Ed. Alfaguara, Bs. As., 2005.
Romero, José Luis: Estudio de la mentalidad burguesa. Ed. Alianza. Bs. As., 2006.

Podrá desaparecer el dolor, pero el sufrimiento es tarea.

Podrá desaparecer el dolor, pero el
sufrimiento es tarea. El sufrimiento es lo que hacemos con el dolor. Es la herida que
no desaparece, pero ya no agota la identidad del hombre.

La estupidez nunca es muda ni ciega.
“Lo desolador de nuestro tiempo no son las interferencias, sino la inflación de proposiciones sin interés alguno”. Gilles Deleuze en el libro “Conversaciones”:
La ausencia de un umbral ético que reconozca al otro como parte mía, y la captura de la sensibilidad a manos de los monstruos mediáticos, hace que muchos pibes de nuestra generación no perciban a las victimas de Cromañón como “sus muertos”. Es decir, no sienten en el cuerpo el sufrimiento por las 194 vidas jóvenes que han abandonado la historia con la velocidad de una vuelta de página. Esta mirada, convive con las miradas de la victimización y de la culpabilizaciónpara escapar de las victimizaciones, de la indiferencia o las culpabilizaciones necesitamos afirmar nuestras prácticas, nuestros saberes, nuestras maneras de divertirnos, de sociabilizar, de encontrarnEstos discursos privatizan el dolor, lo vuelven personal, y niegan todo lo que somos, todo los que nos hace felices, creativos y autónomosos, de aguantar
necesitamos leer la historia desde nosotros mismos, recuperando aquellas maneras de movernos que aprendimos en el tiempo que nos toco vivir, este mundo marcado por los riesgos, por la precariedad y la incertidumbre. Porque andamos por un mundo regado de minas y cada paso es una chance de implosión
Un relato que coloque en el centro nuestro cuerpo y su sensibilidad, y el encuentro con otros cuerpos, la búsqueda de una vida autónoma. Se trata de escapar de un entorno artificial que roba nuestra sensibilidad; se trata de construir un mundo propio que coloque en el centro la creación, la pulsión de nuestros deseos, en pos de superar lo caótico y angustiante de nuestra cotidianidad,
Cromañón fue una irrupción violenta de la verdad cruel, de lo que significan las políticas de violencia sistemáticas contra una generación que vive inmersa en un estado de excepción permanente, en donde el gatillo fácil o las condiciones carcelarias se complementan con las políticas más sutiles de exclusión; y todo esto en convivencia con las fuerzas del mercado y su maquinaria para fabricar jóvenes consumidores de productos y de vidas prediseñadas.
Los jóvenes portamos la referencia bifronte de ser sujetos estigmatizados por los medios como peligrosos, y al mismo tiempo, ser los referentes de un mundo de consumo y estilo de vida.
Luego de tantas muertes, la desesperación y la tristeza nos corroen a muchos. ¿Qué pasó con ese dolor? ¿Qué relatos se montaron sobre el dolor de lo sucedido; cómo fue leído? ¿Qué podemos hacer nosotros con este dolor?
La indiferencia, la culpa o la victimización son maneras de tratar lo sucedido, de relacionarse con el dolor, con ese acontecimiento que no deja de reaparecer ante nosotros.
Esas alternativas, decimos, son falsas maneras de elaborar el dolor porque nos niegan, niegan lo que somos, lo que sabemos, lo que hacemos, negando también a los pibes que no están; son relatos que intentan transformar el dolor en una cuestión personal, privada. De aquí las figuras de la víctima, el sobreviviente, el arrepentido o el culpable.
Cromañón es un acontecimiento doloroso que reaparece en nuestras vidas todo el tiempo. Y cada vez que nos golpea entra en juego la elaboración o reelaboración de lo sucedido; cada vez es una oportunidad para elaborar o reelaborar positivamente el dolor, es decir, volverlo colectivo, volverlo político, volverlo acto, motivo de pensamiento, de encuentro y de duelo, claro, pero de un duelo colectivo. Un duelo colectivo es reconocernos en los chicos que no están, reconocer que una parte nuestra quedó adentro de ese boliche y que tenemos que reconstruirnos entre todos luego de esa pérdida (no nos interesa una “curación” individual).
Ese reconocimiento habilita la recuperación de nuestras prácticas, nuestras fiestas, nuestro saber movernos en este contexto de precariedad. Porque sólo volviendo colectivo el dolor (desprivatizándolo) podremos entender Cromañón como parte de nuestras vidas, como el suelo precario en donde nos movemos, como parte de un entramado de precariedad que conocemos muy bien. Y aquel reconocimiento nos permite pensar como aquel dolor puede ser compartido con un montón de experiencias que van más allá del mundo del rock y de los jóvenes, con una pila de sufrimientos y muertes resultado del mundo precarizado que transitamos en nuestros trabajos, en nuestras viajes y en nuestras ficciones.
Apostamos, decimos, por un vínculo desde el cuerpo. Sólo así, recuperando nuestras experiencias, nuestros cuerpos, podemos aspirar a politizar el dolor, elaborarlo, desprivatizarlo y lograr reconectar con nuestros deseos, nuestros sueños. Sentimos que es esta una tarea fundamental que excede una terapéutica post-tragedia: se trata de re-sensibilizar(nos), construyendo lazos, re-sensibilizar el cuerpo colectivo, nuestro cuerpo, nuestro pogo y nuestra canción...
No escondamos nuestras bengalas.


Agosto de 2008
Juguetes Perdidos

Declaración universal de los derechos humanos10 de diciembre de 1948

Declaración universal de los derechos humanos10 de diciembre de 1948
Preámbulo
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana,
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias,
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión,
Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones,
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,
Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso,
La Asamblea General proclama la presente Declaración universal de derechos humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción:
Artículo 1.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2.
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 3.
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 4.
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6.
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 7.
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8.
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9.
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Artículo 10.
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11.
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.
Artículo 12.
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
Artículo 13.
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Artículo 14.
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15.
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.
Artículo 16.
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la Sociedad y del Estado.
Artículo 17.
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
Artículo 18.
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.
Artículo 21.
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público, esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Artículo 22.
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23.
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada en caso necesario, por cualesquiera otros medio de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Artículo 24.
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25.
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Artículo 26.
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Artículo 27.
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Artículo 28.
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Artículo 29.
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 30.
Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o a realizar actos tendentes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

Ser docente en la escuela hoy

“Construcción del ser docente en la escuela hoy”

“...No se trata de subjetividades de encierro, sino de existencias a cielo abierto...”
Silvia Dutchasky

Para poder hablar de la construcción del ser docente en la escuela de hoy es necesario que comparta con ustedes por qué en este título hay un implícito y por qué los invitamos a posicionarse desde allí para poder hacer un camino juntos esta mañana.....

El implícito es que: ‘el docente es un sujeto en construcción...’

La historia que caminamos configura nuestra vida y configura nuestras prácticas.

“Después de caminar un tiempo las aulas aprendí que era así... y tuve que reconstruir aquella docente que entraba al aula sabiéndolo todo... o casi todo, me di cuenta también que esa era una actitud totalmente personal y que no había aprendido nada semejante en el profesorado, aprendí que si no dejamos que nuestra historia atraviese todo lo que hacemos, nos encontramos ante alguien que no somos nosotros sino que es ‘otro’ que ha sido construido por determinadas matrices y para determinadas tareas casi con exclusividad.”

Vamos a intentar poner en relación algunas cuestiones que son para nosotros harto conocidas pero que, esta vez, como decía hace un ratito, invito a mirarlas de nuevo sabiéndonos sujetos en construcción. Intentaremos revisar la escuela, la sociedad, la Iglesia y el Estado sabiendo que en nuestro caso, como colegios confesionales, en su mayoría, tenemos responsabilidades que no todos tienen y que hay una en particular que la asumimos porque queremos hacerlo... Como docentes sabemos cuál es el sentido de la escuela en tanto creadora de cultura pero aun más sabemos que la responsabilidad de la escuela implica favorecer y suscitar nuevos acontecimientos sociales por medio de los cuales, los jóvenes, sean promotores y generadores de nuevos proyectos, que puedan suscitar cambios concretos en las situaciones cotidianas por más pequeñas que sean; y, por otro lado, como escuelas que se inspiran en el evangelio de Jesús, tenemos una responsabilidad que es la instalar el Reino en la historia presente, anunciar la justicia y denunciar lo que no es justo.

Planteamos aquí la necesidad de un proceso de conversión de la práctica docente, que antes de estar presente en la práctica debe iniciar un proceso de profundo cambio y transición, vuelco del eje, del ‘sujeto docente’... en su interior, en la revisión de sus cosmovisiones...

¿Cómo procurarnos ese tiempo de ‘rumia’, de ‘revisión del mundo conocido’ para encontrar en él ‘la maravilla’... aquello que amerita que yo diga algo?

En ocasiones cuando atravesamos estas revisiones solemos tener la tentación de volver a nuestras antiguas tradiciones provocando ciertas cristalizaciones que no caben en la era de los bordes difusos y la probabilidad, no caben en la era de la liquidez.

Habitualmente, mientras estamos yéndonos a buscar nuestras seguridades a nuestro más profundo interior, atravesamos escenarios múltiples. Nuestros alumnos y nuestros compañeros nos invitan a habitar un mundo donde hay imágenes de todo tipo, problemas y situaciones para las cuales no tenemos respuesta.

Cada vez que entramos a la escuela, y en especial al aula, encontramos casi sin solución de continuidad y en estado presente, lo sagrado y lo profano, el hambre y la abundancia, bulimia, maternidades, pobreza, alegría, certezas, dolor, mentiras, caretas, la patria, el hombre convertido en un código de barras, un dios, la soledad, el camino, cometemos el error de evaluar y valorizar, de moralizar las situaciones y actitudes de ‘los otros’ por medio de pares opuesto ‘bien-mal’, ‘sano-enfermo’, ‘lindo-feo’...etc., etc., etc. ...

Los invito a que se permitan pensar qué sienten cuando les pasan estas cosas que creo son cosas que nos pasan a todos...

¿Hemos aprendido a no mirar los fenómenos como cuerpos completamente acabados y con un solo significado?... Más bien estamos aprendiendo todavía que ‘el todo’ que se nos presenta como tal, está compuesto de ‘partes’ que tienen en sí mismas muchas veces un significado que merece interpretación más allá del todo que pretende componer o que compone.

¿Qué sociedad, que escuela, qué estado y qué Iglesia descubrimos en medio de estos ‘fragmentos’? O más bien aún, me pregunto ¿qué sociedad, que escuela, qué estado y qué Iglesia somos y construimos en medio de estos ‘fragmentos’?

¿Qué responsabilidad y qué conciencia tenemos como educadores de que otros construyan sociedad, escuela, Iglesia y Estado desde ‘nuestra’ propia mirada?

¿Cómo hemos crecido como educadores mirándonos construir estos conceptos que no son sólo ‘conceptos’ sino más bien concreciones de nuestra vida puesta en marcha?

En el intento de respondernos, en este proceso de construcción, vivimos haciendo nuestro propio ‘pasaje’, ese tránsito por nosotros mismos siendo que hay otros pasajes que nos superan... Pero ese pasaje debe ser contemplado.

Estamos frente a lo que algunos teóricos llaman sociedades de control, en tiempos post-estatales, donde la Iglesia debe dar respuestas al hombre de hoy proponiéndole vivir el Reino de Jesús más allá de las prescripciones de la ley; y donde la escuela no es más que un dispositivo al que ya no le alcanza cuadricular un papel para ubicar asignaturas, sino que la escuela está tendiendo a ser aquél lugar donde el hombre ‘aprende a ser hombre’ mediado de una cantidad de conocimientos que se le presentan como gran cosmovisión... sin distinción de materias y más cerca de lo que hemos dado en llamar áreas, sistemas.

En medio de esto nosotros... y nosotros aprendices de esto que vivimos también porque no estamos ‘operados’ de la historia que transitamos... A nosotros también nos pasan muchas cosas que les pasan a los chicos, nos pasan las mismas cosas como adultos docentes, como aprendices-docentes y a veces no las compartimos... no nos permitimos reconocernos como iguales.

¿Qué pasaría si nos permitiéramos humanizar e historizar la realidad? Tal vez podría pasar que conversando con nuestros colegas, encontramos diferencias y similitudes, tal vez puede ocurrir que así como queremos encontrar al ‘mejor alumno’ o catalogamos al ‘peor alumno’ no podremos dirimir quién es el ‘mejor o el peor docente’ (aunque sea muy fácil determinar al último)... tal vez encontremos, entre nosotros diferentes modelos y a su vez, si nos sabemos aprendices de la vida que nos ha sido regalada para hacer cada día más justa la existencia, veremos además que esos modelos se reflejan en nuestras prácticas y que no hay tal que sea ‘mejor’ o cual que sea ‘peor’.

Tal vez nos encontremos con ciertas condiciones sociales que provocan inseguridad y desfondamiento... situaciones que nos dejan sin piso, sin seguridades... y ahí nos quedan sólo dos posibilidades: hacer de cuenta que esto no nos pasa y ‘hacer nuestro trabajo’ como un funcionario público, o hacernos cargo de nuestras incapacidades de interlocución con los demás y con el medio circundante...

Es bueno pensar cuáles son nuestras inadecuaciones al medio más bien que mirar y revisar en qué nuestros chicos y jóvenes ‘no se adecuan’ al medio institucional o a la normativa escolar, cuando, tal como dijera Silvia Dutchasky, “en situaciones de desfondamiento no hay lugar para la interlocución”.[1]

¿Cómo provocar nuevas adecuaciones al contexto entonces? Evidente, se comparten modelos que eclosionan en la lógica propuesta. Son parte de la fragmentación del dispositivo, son parte de la gran cantidad de cuestiones en ‘tensión’ a las que nos enfrentamos...
“Por tensión se suele entender el estado de un cuerpo sometido a la acción de fuerzas opuestas que lo atraen. Desde nuestra perspectiva hablamos de tensión para referirnos a fuerzas o tendencias… que se oponen y que, en su oposición, configuran una bipolaridad que es irreducible… En otras palabras lo que constituye una tensión es la relación entre dos polos o tendencias, relación que no puede disolverse sino a costa de anular el sentido de los extremos: ellos sólo pueden existir en tensión; el reposo o el equilibrio significarían la muerte del sistema”.

Desde aquí... quiero decir, desde este punto en el cual nos encontramos todos los que estamos aquí contemplando una situación contextual de desfondamiento, vemos diversas situaciones de ‘tensión’ que nos son inabarcables y exceden/incluyen a la realidad de la escuela...

Les propongo reflexionar un poco más, para poder seguir con el tema que nos trajo aquí que es el de reconocer que los docentes somos sujetos en construcción más allá de haber terminado muchas certificaciones y ‘carreras’...

Nos han dicho ‘dime con quién andas y te diré quién eres’... yo les propongo que pensemos en este tiempo que nos queda antes de comenzar las clases: ‘dime que enseñas y te diré quién eres’.

¿Cómo y en medio de qué enseñamos?
Somos espectadores de la globalización y la mencionamos en el aula; no siempre tenemos conciencia de lo que esto provoca en nuestras cosmovisiones (nótese que no estoy diciendo: lo que eso provoca en nuestra cultura... o lo que eso daña a nuestros jóvenes), aclaro esto porque el concepto amerita que revisemos, por ejemplo, las diferentes antropologías que trae semejante propuesta cultural.

El campo informático, las TICS y las diferentes propuestas en el campo comunicacional mediando la era informática, nos han dejado sin palabras...

La falta de socialización primaria afecta de diferentes formas el hacer en el aula...

¿Quiénes enseñamos y quiénes aprendemos?

En situación/experiencia de errancia... aquella capacidad humana sin la cual no se puede encontrar, aun buscando. Estado ‘de camino’... el que no tiene un lugar fijo.

En situación/experiencia de intemperie... a cielo descubierto, sin techo ni otro reparo alguno. ‘Lugar adonde el testigo se torna garante’.[2]

En un concreto territorio... lo transitable... lo seguro, lo que es nuestro, lo que nos hace locales, el lugar donde uno quiere quedarse.... En territorios similares a los que se daban en tiempos de Jesús, similares porque, la raza humana no nos sorprende a la hora de replicar sus errores. Por tanto el discurso y las prácticas del Reino, el trayecto recorridos por Jesús en territorios de aridez, es necesariamente un discurso que se traduce en práctica política, política en tanto y en cuanto provoca un quiebre y una ruptura a la lógica social... ofreciendo ‘otra lógica’, ofreciendo sentido. Se transforma la práctica política porque plantea otra mirada a la construcción de su tiempo en cuanto a los límites y fronteras de quiénes ‘deben’ estar ‘dentro o fuera’ del sistema.

La Buena Noticia que contó Jesús la acercó a todos por medio de un lenguaje común... el hombre, la humanidad, la pobreza, lo pequeño, la cotidianeidad. Este mensaje es necesariamente contado, en el camino, caminando experiencias humanas en las cuales se revela el Dios viviente que habita el mundo.

El territorio de Jesús para contar la Buena Noticia, es entonces, lo humano.

“El territorio de los maestros errantes son los chicos”.[3]

Buscadores de signos... aquellas cosas que están ante nuestros ojos y debemos decodificar... todo signo aparece ante nuestros sentidos mediado por un significante y contiene un significado... ¿cuáles son los signos de vida que habitan nuestra errancia? Cuáles los que merecen ser compartidos.

Entendiendo a ‘el otro’... como condición de posibilidad y salud, condición y posibilidad de subjetivación.

Permitiéndonos contemplar ‘el Otro’... el que no es humano, el radicalmente otro. Dios, Alá, Yahveh.

Tener en cuenta estos aspectos es sabernos en búsqueda de significación y es saber que la tarea en la escuela, la que nos hace crecer a nosotros en primera instancia es esa de poder compartir nuestro espacio de expertez hasta la orilla del misterio que se nos presenta a conquistar... sabiendo que no está cerca, pero desafiándonos a encontrar su sentido.

Ponernos frente a nuestra ciencia de base y sabernos frente a un ‘misterio’, propone una dimensión a desarrollar que es poco explorada por nosotros, es la que damos en llamar dimensión trascendente de la historia, es la capacidad que tenemos de enamorarnos del mundo y descubrir sus maravillas en lo pequeño.

Es una dimensión poco trabajada desde las ciencias en la escuela... tan poco trabajado que estamos construyéndonos con cierto dejo de omnipotencia frente al mundo y no podemos delimitar nuestro real gobierno sobre las cosas y sobre nosotros mismos, dado que no es lo mismo partir de la base que todo lo conocemos, o que todo lo podemos conocer; que pensar que nunca acabaremos por conocerlo todo para gobernar y gobernarnos. Nos construimos ciertamente en forma distinta ante una u otra propuesta en orden a la comprensión del yo en relación con los demás y con el mundo que nos rodea...

De aquí la importancia de proponer ‘otro ángulo de mirada’ en la vida (primero en la nuestra y luego en la de nuestros colegas y alumnos).

Es proponer que operemos con el mundo sabiendo que no podemos controlarlo. “Un mundo que no se controla se decide”.[4]

Pareciera que estas cosas que acabamos de definir no son necesarias a la hora de revisarnos, pero a la vez nos parece in-creíble tener que preguntarnos tantas cosas... ¿es que nadie nos cree para qué vamos a preguntarnos?

Es que ni yo me creo lo que digo en el aula... ¿cómo habrá sido eso?... ¡andá a saber!... yo... a ‘esa’ no le creo nada... y mirá que viene de ‘tal escuela’ ahí se tejen despiojes... no le creas lo que te dice...

Esto que soy, digo y enseño... ¿me hace creíble o más creíble?

Para seguir proponiéndonos caminos de crecimiento y construcción de nuestro ser docentes, los invito a hacernos juntos estas preguntas:
• ¿Qué hace que una persona, un grupo y hasta una sociedad entera dejen de adherir a instituciones, personas y discursos?
• ¿Qué hace de algo o de alguien una autoridad que suscita credibilidad?
• ¿Qué pasa cuando todo un sistema de adhesiones entra en decadencia y cuando se manifiestan las "enfermedades de la confianza"?
• ¿Cómo se originan nuevas formas de lo creíble?[5]

La credibilidad tiene que ver entre otras cosas con la capacidad de plenitud y seguridad del yo, un yo que se reconoce en una trama de relaciones.

Para poder atravesar-nos, tomemos conciencia de las dimensiones que podemos desarrollar hacia adentro y hacia fuera:
· Contemplativos del Dios presente y viviente en la cultura. A Dios no venimos a ‘ponerlo nosotros’ Dios habita lo que ha creado, por lo tanto tenemos que revisar qué vemos cuando miramos esto que tenemos en las manos...
· Fraternos: somos hermanos más allá del lugar donde vivimos o el color que llevamos en la piel... Construir fraternidad es casi lo más complejo que nos toca porque existe una pequeña diferencia entre ser fraterno y solidario.
· Profetas: ser los que denunciamos formas de vida indigna y anunciamos otras formas posibles partiendo de prácticas concretas de nuestra vida es tal vez el ser testigo más creíble de este territorio por el que transitamos como antes decíamos a modo de pueblo errante.

Imposible desvincular la dimensión política de estas tres disposiciones humanas.....descubrir la dimensión política de la educación es repensar cómo somos y qué enseñamos.

La posibilidad de enseñar para abrir al mundo y vivir como pueblo que comparte es uno de los desafíos más importantes de atravesar, sabiendo que habitamos en un continente donde el capitalismo tardío hace sus propios caminos y nosotros, es hora que transitemos los nuestros.

• Sabernos creciendo en la escuela
• Sabernos seres en permanente cambio
• Sabernos partícipes del cambio epocal y no fuera del mismo
• Sabernos creíbles para los demás
• Sabernos responsables de la autonomía porque es posible ser autónomos como docentes en la escuela.
• Sabernos profetas de un sistema de creencias

Para cerrar les propongo leer este texto de Max Weber:
“El hombre es un animal inserto en tramas de significación, que él mismo ha tejido. Considero que la cultura es esa urdimbre, y que el análisis de esa cultura ha de ser, por tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones”.

Les propongo hacer un cambio en este texto, pidiéndole mis disculpas a Max Weber...
“El hombre es un animal inserto en tramas de significación, que él mismo ha tejido. Considero que la escuela es esa urdimbre, y que el análisis de esa cultura institucional ha de ser, por tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones”.

Que disfrutemos la vida en las aulas porque también allí aprendemos a ser lo que somos.



[1] Silvia Dutchasky, Maestros errantes, Paidós, Buenos Aires, 2007.
[2] Ibídem.
[3] Ibídem.
[4] Marcelo Percia en Silvia Dutchasky, Maestros errantes, pag. 58.
[5] Marcelo González. Todas estas preguntas se tomaron del texto que corresponde a Dinámicas creyentes, editado en la revista Vida Pastoral I (Nº 261, Septiembre-octubre 2006).

La educacion como practica politica

“La educación como práctica política”

· Intento pensar “La educación” como práctica política y social en un determinado momento histórico, el actual, pudiendo llamarlo posmodernidad o modernidad liquida, contraponiendo la educación tradicional como modelo aún vigente en los espacios institucionales.
· Intento pensar “ lo educativo” como campo problemático y no como objeto de conocimiento, es decir como un espacio dinámico que se configura en múltiples direcciones, con múltiples agentes.
· Intento pensar el lugar de la educación no como practica productora de discursos establecidos, y transmisión de saberes, sino como líneas de fuga que demarcan las distancias, las oposiciones y las confluencias de la realidad social.
· Intento pensar la vinculación que existe entre la educación, la política y la cultura.
· Intento pensar a la practica educativa como interpeladora de sujetos que conviven en un orden social establecido.
· Intento pensar la relación de educador y educando como un trabajo de modificación mutua, como una matriz de relación con el otro y con la realidad que nos contiene, teniendo en cuenta la identidad de la historia y de las experiencias vividas.
· Intento pensar desde un paradigma de la complejidad que se sustente en la creación ético - política, abierta al aporte de las distintas corrientes del pensamiento crítico y el sentido común donde se desarrollen nuevas subjetividades y se fortalezca la multiplicidad.
· Intento pensar nuevas hipótesis para este presente múltiple, potente y profundo.
· Intento recrear lo que dijera Paulo Freire: “reinventar los caminos de acción en función de la realidad y de las posibilidades históricas de la labor educativa”.